Uno de los momentos más incómodos dentro de una relación amorosa es cuando se forma una discusión. Sin embargo, la situación puede ser incluso más confusa cuando ese intercambio de ideas se realiza a través de WhatsApp.
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De esta manera, expertos en relaciones recomiendan no hablar temas claves o iniciar discusiones por redes de mensajería instantánea, indica el sitio Entremujeres.
Aunque parezca que el diálogo es en tiempo real y que el otro actúa como siempre, en la publicación se explican las razones de por qué no es lo mismo.
Razones de por qué no discutir por WhatsApp
¡El teléfono nos pone más ansiosos!
El celular pone a nuestro cerebro en un estado de alerta permanente. Los estímulos que vienen de la pantalla, los sonidos y la carga eléctrica nos ponen más ansiosos y no podemos evaluar la respuesta más indicada, más acorde al tema que se plantea.
Por eso cuando estamos en medio de una discusión multiplicamos esa sensación de agitación. Una de las consecuencias es que digas cosas de las que luego te arrepientas y que frente a la otra persona no te hubieras atrevido a decir.
Las conversaciones quedan guardadas
Todo lo dicho, tanto lo bueno como lo malo, queda registrado en la aplicación. Esto permite, además, que dentro de un tiempo tengamos la posibilidad de buscar promesas o acuerdos incumplidos o actitudes que no nos hicieron bien.
Mensajes leídos y no leídos
Que el mensaje se haya enviado, haya llegado o se haya leído es relativo y depende de muchos factores, como los recursos de red, por ejemplo.
Por eso el «visto» no siempre significa que esa persona no te quiere responder. Puede que lo haya visto a la pasada, que esté ocupado y que no haya podido terminar de leerlo. Puede que no se haya enviado el mensaje o que se haya demorado en llegar al otro teléfono, etcétera.
El estado «en línea» también es relativo, al igual que el registro de la última hora de conexión, el que se ha transformado en un gran enemigo de las parejas.
El rol de la interpretación
Al no ser una presencia real, en el chat no hay gestos, tono de voz, miradas ni sensaciones. Hay una pantalla y letras que son acompañadas, en algunos casos, con emoticones.
Por eso un «ok» puede convertirse en el frío término de la conversación para algunos, mientras que para otros es un simple cierre de conversación. Lo mismo sucede con los silencios y las demoras en las respuestas.
Cada uno le atribuye valores propios a la palabra escrita y reflejada en una pantalla iluminada, la que puede coincidir o no con lo que hay del otro lado.
Si no te responde, simplemente está ocupado
Existen ocasiones en que las personas no responden de inmediato a los mensajes porque simplemente están ocupados, incluso aunque los hayan leído.
Según la publicación, imaginar y caer en especulaciones sobre lo que hace o no hace el otro es una de las consecuencias de comunicarse de manera digital.
Ni secretos, ni noticias, ni peleas
Entremujeres recomienda que ni los grandes secretos, ni noticias, ni peleas, ni reclamos deberían ser iniciados por WhatsApp, a pesar de la ansiedad de conversar ese tipo de cosas. Cualquier cosa importante puede esperar.