En entrevista con el programa farandulero «Instrusos», el ex animador de Viña del Mar, Rafael Araneda se refirió al quiebre de su relación con Carola de Moras.
Este quiebre se produjo por la filtración de un audio que la animadora envió a un grupo de compañeros del matinal, donde se refirió a cómo se abordaría el tema de Kathy Winter, la fallecida alumna del Nido de Águilas, colegio donde va su propia hija.
Cuando se desató la polémica, el animador no se refirió al tema hasta que se calmaran las aguas. Hoy, cuando ambos están fuera de Chilevisión, Rafael decidió contar su versión.
«Yo me remito solo a los hechos porque las emociones son muy personales. Mis emociones las expresé a quien correspondía y mirando a los ojos. Yo recibo un audio que me llamaba mucho la atención para prevenir el tema de mis hijas adolescentes y este audio lo quiero compartir con mi mujer. Para conversarlo y hablar en familia”, partió diciendo el «Tío conductor».
Ante esto, admitió que sí se equivocó en enviar el audio a un grupo de amigos. “Cometo un error muy natural pero no por eso menos grave. Involuntario pero un error. Lo envío a un chat de amigos. Todos adultos y gente grande. Y una de las posibilidades es que este audio haya salido de ahí. Cuando cometo este error lo borro a los 10 minutos. No por eso me hago el leso”, continuó diciendo.
El animador recordó que al día siguiente, en reunión de pauta, le ofrece disculpas a Carola, quien acepta sus disculpas.»Me quedo con eso. Y después conversamos cortito y ya. Yo me remito a los hechos. Los hechos es que son comprobables y racionales. De las emociones no me puedo hacer cargo”, se defendió.
Tras esto, admitió que su relación con Carola no fue la misma. “Hubo un par de llamados sin respuestas y en ese sentido, si no hay diálogo, no puedo hablar solo. Yo tengo la mejor opinión de ella. Entiendo los sentimientos, pero los hechos son unos. Se han hablado cosas falsas de especulaciones que no sé de dónde vienen, y que quizás tienen algún objetivo”, reveló.
Finalmente, el conductor afirma que está tranquilo ya que: «Nunca tuve una mala intención. Y eso me permite dormir muy en paz y mirar a los ojos a cualquier persona. Ofrecí disculpas en los tiempos adecuados y fueron aceptadas (…)Todo lo que pasó es una pena”.