Cada vez más negocios en Chile y alrededor del mundo permiten la tecnología del pago «sin contacto» o «contactless«. Esto facilita compras más rápidas y pagos sin perder de vista la tarjeta.
Sin embargo, son varios los mitos y miedos que las personas tienen a usar esta tecnología, a pesar de contar con la misma protección de parte de los bancos que con la que cuenta una tarjeta tradicional.
¿Qué tan seguro es este método de pago?
Según un artículo de la BBC, el hackeo o las compras sin nuestro permiso son difíciles, pero no imposibles.
Miguel Herrero, del departamento de Ciberseguridad del Consejo de la Unión Europea, explica: «En el laboratorio, bajo condiciones ideales, las tarjetas pueden ser clonadas en función de la finalidad y el tipo de tecnología que lleve incorporada».
«La experiencia nos dice que la transmisión que se realiza en un pago es un proceso lento (entre 5 y 10 segundos) y la tarjeta tiene que estar pegada al lector para que todo funcione», dice.
Por lo tanto, un posible dispositivo para piratear la señal, debe estar ubicado muy cerca de la tarjeta y ésta debería estar inmóvil. Según explica el experto, la comunicación que se establece es muy sensible a los movimientos y la transmisión se cortaría.
¿Es posible que te cobren sin darte cuenta?
«Esa es una amenaza que no es real. Hay que evitar el miedo infundado sin base alguna», dice Ricardo J. Rodríguez, investigador del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) y profesor del Centro Universitario de la Defensa-Zaragoza, ambos en España.
Los especialistas entrevistados por BBC coinciden en que es poco probable que clonen nuestros datos cuando la tarjeta está dentro de nuestro bolsillo, en la billetera o en un bolso o cartera. Esto significa que la tecnología sin contacto no es menos segura que utilizar cualquier otra tarjeta.
Además, en la actualidad los bancos no incluyen el nombre del titular ni el número de la tarjeta encriptados en el chip, y están solo impresos en el plástico. Esto quiere decir que, cuando se realiza una compra, la transmisión ya no incluye el nombre del propietario de la tarjeta.
«No obstante tan solo con esta información se puede cometer fraude, comprando online en algunas tiendas online como Amazon«, dice Rodrigo Ríos Gigogne, de Dreamlab Technologies AG, un empresa especializada en ciberseguridad.
¿Cuál es el peligro entonces?
Lo que puede pasar, es que alguna aplicación maliciosa en nuestro teléfono se robe los datos de la tarjeta a través de wifi o bluetooth, cuando está cerca del teléfono.
Y entonces se vuelve posible que te «roben» dinero de una tarjeta contactless a distancia o que usen tus datos de forma fraudulenta, escribe este profesor Rodríguez. Para combatir esto, lo principal es tener cuidado con las aplicaciones que descargamos. Pero hay dos elementos más que pueden ayudarnos a cuidar nuestros sistemas de pago sin contacto.
Precauciones extra
Los especialistas consultados por BBC coinciden en que las billeteras de aluminio que se han vuelto tan populares son un cuidado extra para nuestras tarjetas sin contacto.
«Este tipo de carteras hechas de un material conductor como el aluminio evitan que las tarjetas puedan ser activadas y, por lo tanto, leídas. Se basan en un fenómeno físico llamado Jaula de Faraday. Es una protección eficaz, aunque en ocasiones poco estética», cree Herrero.
El mismo principio para cortar la transmisión tiene otro producto que ha ido ganando popularidad: las tarjetas inhibidoras de radiofrecuencia. Éstas se ponen junto a las otras que llevamos en nuestra billetera. Su uso evita que lleguen señales electromagnéticas «ajenas» y que la información del plástico pueda ser leída.
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