Aunque se tiende a creer que el pan integral engorda menos al estar compuesto por granos y semillas, lo cierto es que en la realidad no es tan así.
De hecho, en términos de calorías, el pan integral y el pan de harina refinada (o pan blanco) prácticamente no se diferencian.
El pan blanco se cocina con harina, agua, sal y levadura, mientras que el integral requiere de otra clase de harina que no se refina y granos de trigo o cereal.
Por ello es que el pan integral no engorda menos ni provoca que perdamos peso, sino que, al contener más fibra, genera que se mastique más, ocasionando un efecto saciante en el estómago y mejorando el tránsito intestinal.
De esta forma, más allá de reemplazar el plan blanco exclusivamente por pan integral, la clave para adelgazar es moderar el consumo de pan, evitando los excesos.