Al parecer vivir sin pareja –sin importar si la persona es divorciada o si nunca se ha casado– se asocia con un menor peso corporal.
Un estudio señala que los que viven solo son más saludables físicamente en lo que se refiere al índice de masa corporal (IMC). Por otra parte, las personas que viven juntas y las personas casadas, tanto hombres como mujeres, tenían un IMC más alto, un cálculo de peso y estatura que los estudios han relacionado con condiciones crónicas como diabetes o enfermedades del corazón.
Se cree que, generalmente, las parejas que viven juntas pesan más porque son mas propensas a compartir los tiempos de comida y a cocinar juntas. Por otro lado las personas solteras son más delgadas y están más preocupadas por su imagen porque son parte del mercado de las citas.
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