«El pasado sábado 29 de abril, dos trabajadores murieron en la fábrica de Fruna en Maipú. Rolando Venegas (45) se suicidó en su puesto de trabajo y, horas más tarde, uno de sus amigos murió de un ataque al corazón después de enterarse que Chocolatito, se había colgado a plena luz del día. La familia de Rolando niega que el suicidio haya sido por problemas familiares y acusa que el hostigamiento laboral lo tenía profundamente afectado, hecho que constaría en una carta que el trabajador escribió antes de morir. Fruna, que hasta hoy no ha hecho declaraciones sobre el caso, tiene un largo prontuario de denuncias por paupérrimas condiciones laborales y también condenas por prácticas antisindicales. No todo es felicidad en la fábrica del autodenominado Willy Wonka chilensis».
Así comienza el reportaje publicado por «The Clinic«, donde se revelaron las precarias condiciones y hostigamientos que vivirían los trabajadores de la empresa.
A partir del caso de Rolando, se revela cómo los empleados trabajan en extenuantes jornadas, algunas veces sin descanso, y con constante presión. «Todos veían como molestaba y humillaba a Rolando. Los últimos meses se puso peor. Lo seguía a todas partes y cada vez que discutían, le sacaba en cara su título universitario. Rolando solo había terminado el colegio. Lo gritaba y apocaba siempre», aseguró Marisol Muñoz, refiriéndose a los conflictos que tuvo su fallecida pareja con el jefe de planta.
El día del suicidio, Rolando fue encontrado colgando de una viga y horas más tarde J.R.V., amigo personal de Rolando, habría sufrido un ataque cardíaco al enterarse de su muerte. Según Marisol, ese día se siguió trabajando como si nada hubiese pasado.
Precarias condiciones
Los trabajadores detallaron al semanario que viven una dura realidad. “Al entrar los guardias te revisan. No puedes entrar agua, comida ni celulares. Por eso, nos escondemos pedazos de pan en las calcetas o en los sostenes y los comemos en el baño para que no nos reten. Los baños son asquerosos, casi nunca hay jabón ni confort. Ellos te pasan un pequeño rollito para todo el día. Si se te acaba, es problema tuyo como te limpias. Nos sentimos humilladas”, relató Lissette Cifuentes, quien trabaja trabaja en Fruna hace tres años como operaria maquinista.
A esto se sumaría que, según información recopilada por «The Clinic», además de las denuncias a la Inspección del Trabajo, la Seremi de Salud les ha realizado múltiples sumarios sanitarios por productos en mal estado, servicios higiénicos del personal en pésimas condiciones e instalaciones peligrosas para los trabajadores.
El caso de Rolando está siendo investigado y la PDI declinó a dar declaraciones hasta que se llegue a una resolución. La empresa, por su lado, no habría querido referirse al tema.