Tomar un baño con agua caliente puede ser muy relajante, pero en realidad no es recomendable si quieres cuidar tu salud.
Especialistas en el tema aconsejan a cambio tomar una ducha con agua tibia, pues ésta contribuye a evitar la resequedad en la piel y los problemas de microcirculación.
Revisa: Según la ciencia esta es la mejor hora para ducharse
¿Cómo afecta el agua caliente en el organismo?
- Acelera el envejecimiento cutáneo: La piel de tu rostro como tu cuerpo pierden elasticidad y firmeza, pudiendo adquirir arrugas prematuras si acostumbras a utilizar el agua muy caliente.
- Pone la piel opaca y reseca: La superficie de la piel se desgrasa con mayor fuerza, volviéndose reseca, opaca y tirante.
- Puede generar dermatitis: Según dermatólogos, se puede producir dermatitis atópica producida por la resequedad de la piel. Ésta se caracteriza por producir picazón en varias áreas del cuerpo, incluidas piernas y espalda.
- Provoca problemas circulatorios: El agua muy caliente no es recomendable para personas con problemas circulatorios, pues produce que los vasos sanguíneos se dilaten. Y si padecen varices, se pueden presentar o aumentar los síntomas.
- Debilita el cabello: Las altas temperaturas afectan al cuero cabelludo, dejándolo opaco y sin brillo. Además, puede aparecer caspa, muchas veces causada por un hongo que se forma por el uso frecuente de agua caliente.
- Altera la digestión: Si tomas un baño caliente luego de comer, el calor aumentará el flujo de sangre en tu piel, por lo que tu proceso digestivo se volverá más lento de lo normal.