¿Te declaras un amante de las plantas? Entonces de seguro sabrás que el vivir rodeado de ellas ayuda a combatir el estrés y a relajarnos, pero…¿Por qué?
De acuerdo a la vicedirectora de jardinería y arbolado del Real Jardín Botánico de Madrid, María Paz Martín, esto no se trata de algo intuitivo y que solo podamos experimentar cuando estamos cuidando de nuestras plantas, sino que tiene una base científica. «A nivel de la actividad en las zonas del cerebro asociadas a emociones positivas; como cuando se practica mindfulness», explica a «Vogue España».
Es más, la bióloga, profesora e investigadora cuenta que «en un artículo de la Escuela Pública de Salud T. H. Chan de Harvard y del Hospital Brigham and Women’s de Boston se estudió la relación entre la cantidad de vegetación alrededor de las casas de 108.630 mujeres (todas ellas enfermeras) y la mortalidad, durante el período del 2000 al 2008. Las áreas con los niveles más altos de zonas verdes se asociaron con una menor mortalidad y una mayor actividad física, una exposición a un aire menos contaminado y a niveles más bajos de depresión, ansiedad o estrés».
Las plantas y la naturaleza como fuentes de felicidad
En esa línea, la experta señala que no solo cuidar plantas ayuda a tener los beneficios antiestrés que estas otorgan. Por ejemplo, pasear por un bosque (o baños de naturaleza como le llaman los japoneses), también puede ser muy beneficioso para el ser humano.
«Se produce una disminución del cortisol, la hormona del estrés, por lo que disminuye la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. También se genera un efecto positivo en el sistema nervioso, menor irritabilidad, mayor concentración y activación del sistema inmunitario», añade.
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Otro estudio de las universidades estadounidenses de Sheffield, Westminster y Virginia demostró precisamente este último punto. Más de la mitad de los participantes aseguraron que las plantas les hacían sentirse más felices, dos quintas partes de ellos reportaron que les proporcionaban relajo y un 25% que los aproximaba a la naturaleza.
Carlos Magdalena, asistente de investigación en ciencias hortícolas del Kew Garden londinense, recomienda el cuidado de plantas como método antiestrés infalible.
«Es muy terapéutico, porque dejas de pensar en otras cosas. De repente, te centras en por qué sale una hoja amarilla al tiempo que nace una nueva, etc. Es, además, una dedicación lenta: observar, esperar, mantenerlas vivas… Lo cierto es que te sientas con una maceta al lado y no te cambia nada, pero si la sigues durante meses te das cuenta de que todo está cambiando… Ves los cambios sin darte cuenta», concluye.