Un grupo de científicos del Reino Unido descubrió que ir de compras es tan placentero como tener relaciones sexuales.
Los investigadores analizaron los efectos fisiológicos que tiene esta actividad y descubrieron que «las compras inspiradas» generan una satisfacción comparable con tener sexo.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron las ondas cerebrales Gamma de los participantes del estudio, que son las vinculadas con los estados mentales del placer extremo y la creatividad.
Y los resultados arrojaron que el 84% de los «consumidores inspirados» -es decir, aquellos que ponen en marcha la intuición durante las compras y adquieren lo que quieren como expresión de su individualidad-, experimentaron un placer comparable con la victoria de una competición deportiva o de una relación sexual.
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Eso sí, no todos disfrutan las compras de la misma forma, pues dieron también con otra categoría de participantes que no se sentían inspirados por las compras e, incluso, confesaban que esa actividad les producía cansancio. Ese grupo de personas afirmó que iba de shopping para encajar y estar a la moda, pero que a ellos las adquisiciones en comercios no les generaban placer.
Más allá de eso, el estudio descubrió que es posible entrar en el círculo de los «compradores inspirados» y obtener ese placer extremo siempre y cuando mantengamos «un estado de ánimo de apacible y tranquilo».