De acuerdo a una investigación de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, publicada en la revista «Cancer, epidemiology, biomarkers and prevention», el primer cigarro de la mañana es el más dañino.
¿La razón? Se debe a que puntualmente ese cigarrillo es el que aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer oral o cáncer de pulmón.
Es decir, aquellos fumadores que encienden el cigarro apenas se levantan, sin esperar media o una hora, presentan un nivel más alto de NNAL en la sangre, que es un carcinógeno que se encuentra entre los componentes del tabaco y cuyos niveles sirven para predecir el riesgo de cáncer que tiene un fumador.
Por el contrario, el trabajo demostró que aquellos que sí esperan ese tiempo para prender el primero, logran reportar menos presencia de NNAL, independientemente del número de cigarros que consuman al día.