A sus 99 años, hoy se confirmó el sentido fallecimiento de Felipe de Edimburgo, el esposo de la reina Isabel II y uno de los miembros más importantes de la Familia Real.
El comunicado fue anunciado por el Palacio de Buckingham, asegurando: «Es con profundo dolor que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció en paz esta mañana en el Castillo de Windsor. Se harán más anuncios a su debido tiempo. La Familia Real se une a la gente de todo el mundo en el duelo por su pérdida.»
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El duque, quien contrajo matrimonio con Isabel II el 20 de noviembre de 1947, debió renunciar a cada uno de sus títulos griegos y daneses. Además debió adoptar el apellido Mountbatten de su madre, para tener un tratamiento de alteza real.
Su título oficial es Duque de Edimburgo, muy lejos de la denominación de su mujer como reina de Reino Unido. Pero, ¿por qué nunca pudo ser nombrado rey?
La razón por la que el duque de Edimburgo nunca pudo ser llamado rey
Todo esto se basa en la Ley Parlamentaria Británica, ya que es una norma que designa quién será el próximo responsable del trono y el título que tendrá su cónyuge.
Esto se debe a que la ley se fija en la sangre, y no en el género de la persona que llega al poder. Pero, existen varias diferencias cuando es una mujer quien llega al trono.
Aquí te lo explicamos fácil. Cuando un hombre heredero del trono se casa, su mujer adoptará de forma inmediata la forma femenina de su título. En sencillas palabras cuando el príncipe William se convierta en rey, Kate Middleton será automáticamente reina consorte.
Esto no es lo mismo cuando la mujer de sangre real se casa, ya que su marido no podrá llevar la forma masculina de su título. Es decir, Felipe nunca pudo ser llamado rey.
Aún así, tras el matrimonio real, Felipe recibió tres títulos: Duque de Edimburgo, el conde de Merioneth y el barón de Greenwich. Pero cuando la reina Isabel II fue coronada en 1953 tras el fallecimiento de su padre, decidió tomar acciones. Así cuatro años más tarde ella decidió nombrarlo Príncipe del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Whitehall.
Una conexión profunda con Reino Unido
A pesar de haber nacido en la isla griega Corfú, y haberse trasladado a diferentes países desde joven, Felipe tuvo una conexión importante con Gran Bretaña.
Tuvo 70 años de servicio a la patria en servicio de la monarquía británica, realizando 22.000 compromisos oficiales, 637 viajes al extranjero y con más de 5.5000 discursos en su espalda.
Al cumplir 60 años de su nombramiento como príncipe consorte, Felipe de Edimburgo decidió retirarse en 2017 para vivir una vida tranquila y de bajo perfil.
Hoy en el día de su muerte, Reino Unido lo despide en lo alto.