Por estos días disfrutamos del verano y una de las grandes preguntas que muchos se hacen es cuál es la relación que hay entre el calor y el aumento del deseo sexual.
Un artículo publicado por el Diario El País, revela que una de las principales teorías es que el calor enciende nuestro deseo y hace subir nuestra libido, ya sea por la ropa más ligera, las ganas de refrescarse o los largos días de vacaciones. ¿Pero qué tan cierta es esta afirmación?
Estudios del Boston State Hospital, revelaron que los rayos ultravioleta incrementaban el nivel de testosterona en los hombres en un 120%, mientras que en las mujeres liberaban estrógenos, lo que favorecía la ovulación.
Otra de las razones de este aumento sexual, tendría que ver con que la luz solar eleva los niveles de producción de serotonina, un neurotransmisor que se produce en el cerebro y que nos hace sentir placer y excitación sexual.
La psicóloga y terapeuta sexual norteamericana, Stella Resnick, en su libro «Reencontrar el placer» señala que «el calor también relaja los músculos, y al tener la piel más al descubierto se intensifica las sensaciones receptivas. En una palabra, nos vuelve más sensuales, estando más en contacto con nuestro cuerpo»
Pero no todo tiene que ver con los químicos de nuestro cerebro, porque la sexóloga Pilar Cristóbal, sostiene que la mayor predisposición que tenemos en verano a disfrutar del sexo no se debe a sustancias químicas, sino a que variamos nuestro estilo de vida. «El deseo se genera en el cerebro y este es el que debe dar permiso para que haya interés en el sexo, comenta Cristóbal. Si estamos estresados y sin tiempo libre no habrá excitación, por lo que disfrutar del verano con mejor ánimo tiene mucho que ver»