Aunque a veces la dejamos de lado, la exfoliación cumple un rol fundamental dentro de nuestra rutina de belleza.
Y es que la exfoliación de la piel tiene múltiples beneficios, entre los que se cuentan:
- Acelera el proceso de renovación celular natural de la piel, el cual se produce cada 28 días, y de esta forma ayuda a retardar el envejecimiento cutáneo.
- Mantiene la piel del rostro y cuerpo profundamente limpia por más tiempo.
- Disminuye el tamaño de los poros.
- Torna la piel muy suave al tacto dejándola más luminosa.
- Estimula la circulación de la zona tratada.
- Purifica y regula el exceso de grasitud, en el caso de las pieles mixtas a grasas. Además ayuda a eliminar puntos negros y blancos.
- Minimiza las pigmentaciones (manchas).
- Permeabiliza la piel logrando una mejor absorción de los cosméticos hidratantes o con algún fin específico (tratamientos).
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A pesar de que en el mercado existen muchos tipos de exfoliantes que puedes utilizar, aquí te dejamos dos ingredientes fundamentales con los que incluso puedes hacer tu propio exfoliante casero:
Sal de mar
La sal de mar resulta ser un exfoliante un tanto intenso, por lo que es ideal para usar en el cuerpo. Además, la sal de mar tiene el poder de «relajar», ofreciendo una terapia de descanso corporal, y que a su vez, perfuman la piel para un efecto placentero y terapéutico.
La sal de mar tiene la cualidad de absorber toxinas, con un efecto depurativo, desintoxicante y purificante. También tonifica la piel y es antiséptica.
Sin embargo, hay que tener cuidado porque su uso no es muy recomendable para pieles muy secas ni para la piel del rostro, ya que puede deshidratarla de mayor forma.
Azúcar
El azúcar contiene ácido glicólico, que exfolia en forma química, logrando un resultado más profundo y efectivo. Con ella obtenemos una mayor homogenización del tono y luminosidad de la piel, además mejora su textura sin resecarla, es decir, manteniendo su humectación natural. Así, la piel elimina la mayoría de las impurezas y células muertas.
Pero también se deben tener precauciones, puesto que no está recomendada para pieles sensibles, con rosáceas, ni menos irritadas, porque sensibiliza y puede causar daño a la piel.
Se recomienda exfoliar una vez a la semana, no por más de 5 minutos y es necesario siempre hidratar la piel después de usarla.