Cuando una madre usa un tono “elevado y controlador” para hablar con su hijo adolescente, solo consigue generar rechazo. Así lo determinó un estudio británico publicado en Developmental Psychology.
Se llegó a este resultado tras analizar la reacción de más de 1.000 jóvenes, de entre 14 y 15 años, ante instrucciones proporcionadas por sus madres en tres tipos de tonos diferentes: controlador, de apoyo y neutral.
Y es así es como se concluyó que las expresiones de control, realizadas para presionar a los oyentes a la acción, fueron rechazadas de forma contundente.
De hecho, provocaron un efecto contrario. Y es que los participantes mostraron mayor resistencia a cooperar con la instrucción dada por la madre.
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Mensajes alentadores
‘Si los padres quieren que las conversaciones con sus adolescentes tengan el mayor beneficio, es importante recordar usar tonos de voz de apoyo’. Así lo señaló la autora principal del estudio, la doctora Netta Weinstein.
De hecho, el estudio demostró que las instrucciones que ‘transmitían una sensación de aliento y apoyo para la autoexpresión y la elección’ eran las más efectivas.
“Los adolescentes probablemente se sienten más preocupados y felices y, como resultado se esfuerzan más en la escuela, cuando los padres y los maestros hablan en tono de voz de apoyo en lugar de presionar”, explicó Weinstein.