Con el fin de derribar la monotonía, muchas parejas optan por innovar durante sus relaciones sexuales y, para ello, implementan nuevas técnicas como tener sexo en el agua.
Sin embargo, la mayoría desconoce que esta práctica es sumamente peligrosa.
Según un estudio del Hospital Red D’Or São Luiz, Brasil, tener relaciones sexuales dentro del agua es arriesgado para la salud, ya que el movimiento de la penetración bombea agua dentro del canal vaginal.
Y al suceder esto, es posible que el agua pase por el cuello del útero y llegue hasta las trompas, provocando dolor inmediatamente después del acto y causando una inflamación en la zona.
«Si esto ocurre, la mujer probablemente sienta dolor después de la relación y deba buscar a un ginecólogo inmediatamente», señaló uno del expertos. «En el caso del sexo anal, el riesgo es que el agua llegue al intestino».
Además de esto, existe una gran posibilidad de que el agua esté contaminada, o bien, en caso de que sea en una piscina, el cloro provoque una reacción alérgica en las mucosas, generando aún más problemas.