Los adeptos al Plogging son cada vez más y se expanden por Europa. La práctica consiste en salir a correr con una bolsa para recoger la basura que se encuentra en el camino, promoviendo así el cuidado del ecosistema.
La movida llega desde Estocolmo, Suecia, país que tiene como prioridad la protección del medio ambiente, por lo que no resulta extraño que surgiera este novedoso y eficiente sistema de reciclaje. Su nombre responde a la combinación en inglés de las palabras correr y recoger.
Además, para contribuir con el mantenimiento y limpieza de las calles y espacios públicos, la secuencia de trote se combina con frenar, agacharse para recoger los desechos y volver a retomar el paso, lo cual ayuda a quemar muchas calorías.
En las redes sociales, con el hashtag #Plogging, los seguidores de la corriente se ponen en contacto e, incluso, organizan salidas en conjunto.