Conocida como buttery skin, la «piel de mantequilla» es una técnica que se basa en el cuidado del cutis y da como resultado un aspecto brillante que potencia el maquillaje, haciendo lucir el rostro suave y reluciente.
Según los profesionales, la clave para conseguir una «piel de mantequilla» es preparar muy bien el cutis y dejar que el hidratante actúe por unos minutos, antes de aplicar el maquillaje. El resto del proceso es similar a la rutina habitual.
Eso sí, una parte crucial para lograr el buttery skin son los iluminadores y dejar de lado el contour. Y es que esta técnica se trata sobre la iluminación y evitar la oscuridad.
Además, no olvidar resaltar los puntos clave, que son el hueso de la ceja, nariz y arco de cupido de los labios.