¿A quién no le ha pasado?
Por más que tratamos de despertar el sueño nos gana y nos vuelve a dejar como desmayados. Este perrito es el fiel reflejo de nosotros todas las mañanas cuando suena el despertador.
Lo mejor es que por más que intenta mantenerse despierto, no lo logra y vuelve a caer en los brazos de morfeo.