La historia de Kassidy Linde, es una verdadera inspiración. Porque tras llegar a pesar más de 117 kilos durante su embarazo, esta joven madre decidió cambiar por completo su vida.
Según publica el sitio web people.com Kassidy confesó: «Llegué al punto de no querer mirarme al espejo, no podía pensar en nada bonito sobre mi». Sin embargo, después de tener a su hija Harley cambió su vida:»Quería que ella me admirara», afirma.
De acuerdo a una entrevista con la revista Cosmpolitan Kassidy, de 25 años, pasó por una transformación de año y medio durante la cual perdió 68 kilos. Ahora, incluso está estudiando para conseguir el certificado de entrenadora personal.
¿Cómo lo logró?
Beber mucha agua
«Dejé de ponerme excusas y empecé a beber 3 litros de agua al día», asegura.
Hacer una dieta sencilla
Linde come sobre todo pollo, atún, pavo, frutas, vegetales y granos enteros. Pero a ella no le gusta llamarlo «dieta»: «Esa es la diferencia entre una dieta y un estilo de vida: si pensara que estoy a régimen, habría fracasado. Pero si pienso que mi estilo de vida es este, sencillamente vuelvo a las buenas costumbres si alguna vez me alejo de ellas. Si un día no como sano, o incluso si no como sano en un mes, sencillamente vuelvo a comer bien en cuanto puedo».
No contar calorías
Linde no suele cuantificar lo que come. Sencillamente, come sano y hasta que se sacia. «Sé lo que mi cuerpo necesita y como en función de ello. Contar calorías y macros me proporcionaría unos resultados más rápidos, pero me causaría mucha más ansiedad».
Preparar la comida de toda la semana
Linde escribió en Instagram que sus comidas pueden llegar a ser repetitivas. Una de sus preparaciones estrella es pollo, arroz y vegetales. Además, siempre dedica el domingo a dejar listas todas las comidas de la semana.
Ceñirse a un horario
Aunque no le apetezca ir al gimnasio, Kassidy se fuerza a entrenar 5 días a la semana. Admite que los resultados son una gran motivación, pero por eso es complicado seguir una rutina al principio: «Te pasas el día mirando la báscula y comiendo sano confiando en que en algún momento los resultados aparecerán», explica. «Pero entonces, cuando empiezas a verlos, es toda una adicción. Cuando no te apetezca hacer ejercicio, hazlo igualmente. Esos días son los que más cuentan porque has conseguido superar el rechazo inicial».