Si estas pensando en realizarte un operación estética y te gusta fumar, debes saber que te expones a un riesgo superior, aunque seas una fumadora social. Esto se debe a que el tabaco, los cigarros, parches o incluso lo cigarros electrónicos tienen nicotina, compuesto que altera el flujo sanguíneo y que podría ocasionar la muerte de tejidos por falta de oxígeno.
Este riesgo aumenta con la realización de cirugías plásticas, porque este tipo de intervención, a veces, requiere retirar piel, eliminando algunos vasos sanguíneos. De esta forma los que quedan intactos son los que se encargan de proporcionar oxígeno a la piel manipulada quirúrgicamente.
Para disminuir las potenciales lesiones o problemas derivados del tabaquismo, los expertos recomiendan dejar de fumar como mínimo tres semanas antes, siendo lo más optimo unas seis antes de cualquier operación.
“Hay que seguir al pie de la letra los cuidados post operatorios establecidos por el médico, ya que un buen resultado es producto no solo de una buena cirugía, sino de un adecuado y responsable cuidado por parte del paciente”, explicó el cirujano plástico, Roberto Prado.
Si no sigues esta recomendación te puedes exponer a consecuencias como por ejemplo:
- Pérdida de zonas de piel
- Infecciones
- Formación de nódulos
- Mala cicatrización
- Daño de vasos sanguíneos
- Accidentes cerebrovasculares y respiratorios.
El mejor consejo es que te asegures de estar un buen tiempo sin fumar y ser responsable en cada paso recomendado por el cirujano. Así, se contribuye a una recuperación sana.
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