Lo conflictivo que puede llegar a ser una discusión de pareja, más todo el estrés posterior que supone la misma, puede aumentar abismalmente el riesgo de obesidad en los adultos, pues se altera la manera normal de procesar los alimentos ricos en grasa.
Se llegó a esta conclusión luego de que la Universidad de Ohio revelara, gracias a una acuciosa investigación, que las parejas son más vulnerables a subir de peso debido a los trastornos del estado de ánimo.
Según Jan Kiecolt-Glaser, líder de la investigación, cuando una persona tiene una acalorada discusión con su pareja, el cuerpo automáticamente genera la hormona grelina, la cual es la encargada de aumentar el apetito de manera desproporcional.
Dicha investigación se llevó a cabo con la participación de 43 parejas voluntarias, con edades de entre los 24 y los 61, y relaciones de mínimo tres años de duración.
Los participantes llenaron un cuestionario sobre la satisfacción que les causaba su matrimonio, estado de ánimo y depresión.
Después, todos consumieron un menú compuesto por huevos, galletas, salsa y salchicha de pavo; el cual era equivalente a 930 calorías y 60 gramos de grasa.
En el marco de la investigación, se descubrió que quienes pelearon con sus parejas quemaron 31 calorías menos, además de aumentar sus triglicéridos, poniendo en riesgo la salud de su corazón y convirtiéndose en candidatos perfectos para la diabetes.