Anne y Ralph Linsangan se casaron en 2015, cuando ambos tenían 25 años. Al poco tiempo comenzaron a descuidarse y tras una serie de malos hábitos, llegaron a ser obesos. En solo un año de casado, la pareja había subido 34 kilos, según consigna «People».
Pese a que ambos sabían que su salud no andaba bien, ella pesaba 120 kilos y él 135, no fue hasta que quisieron ser padres que tomaron conciencia del problema. «Decidí que podía controlarlo. Si era mi peso el que causaba problemas, tenía que hacer algo», contó Anne a la revista.
En primera instancia, la mujer logró bajar 34 kilos. Tras ver estos resultados, su esposo se sumó al desafío. Fue así cómo la pareja unió fuerzas y de a poco lograron ir abandonando los malos hábitos.
Anne se encargó de guiar la dieta, mientras que Ralph de dedicó a planificar los entrenamientos. Alimentándose saludablemente e incluyendo caminatas y salidas a correr, la pareja bajó 110 kilos en total. Ella aportó con 60 kilos, mientras que él bajó 50.
Además de bajar de peso, el matrimonio consiguió su objetivo y hoy son padres de una niña de tres años. «Todo mejoró cuando ambos empezamos a cuidarnos juntos y ahora nuestra hija puede ver a dos padres saludables», concluyó Anne, enfatizando en que este tipo de cambios tienen que ser lentos.