Hermosa y paradisíaca es esta isla ubicada en el mar de Genkai de Japón. Pero no todos son bienvenidos, ya que existe una clausula que dice que las mujeres no son bienvenidas. Aquí solo pueden entrar sacerdotes y hombres, sin embargo, no siempre es así. Esto ocurre solo durante el mes de mayo en donde 200 personas llegan para ser parte de un festival anual, en el que solo tienen acceso libre los del sexo masculino.
¿La razón? Aún es desconocida. Como en este lugar se realizan rituales de oración, hay comentarios que señalan que se debe al ciclo menstrual de la mujer, porque en ese sitio consideran la sangre como algo impuro, y esto podría “ensuciar” una de las zonas más sagradas para los japoneses, mientras que otros afirman que sería para protegerlas, ya que el viaje hasta allí es peligroso.
Okinoshima podría ser nominada a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco 2017.