El interés de las personas por el color de sus dientes pareciera que aumenta tanto que, incluso, en casos extremos puede transformarse en una verdadera obsesión. Si tienes una fijación por tener los dientes blancos, ojo porque podrías sufrir de blancorexia.
Una de las principales causas de este problema podría ser la publicidad al mostrar imágenes, generalmente retocadas, de dientes anormalmente blancos, por lo que tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas de esta obsesión. Por lo mismo, se debe estar alerta para reconocer el problema en su fase inicial y poder reconducirlo a tiempo.
¿Cómo detectarlo? Un claro signo es cuando las personas reiteradamente asisten a sesiones de blanqueamiento con peróxidos. Y si el odontólogo se niega a realizar más blanqueamiento, probablemente el paciente con blancorexia hará lo que quiere por su cuenta y sin supervisión, comprando productos blanqueadores. Situación que puede traer graves consecuencias.
Y es que el abuso de sustancias blanqueantes puede dar lugar a irritaciones severas en las encías, paladar y garganta, daños en la matriz del esmalte (desmineralización) y pérdida de esmalte.
También puede afectar a la pulpa dental de forma irreversible (necrosis pulpar) y provocar la pérdida del diente, así como cambios en la lengua y en la percepción del sabor.
Ante tal evidencias es importante saber y asumir que la blancorexia es una patología que requiere tratamiento psicológico y atención especial por parte de los odontólogos, ya que solo de esa forma se evita que la publicidad engañosa o la moda impulsada por algunas personas famosas induzcan a un ideal imposible de alcanzar.