Desde cientos de años que se ha recomendado ‘tomar el fresco’ para mejorar tu estado de ánimo o tu salud. Y si bien es como un ‘mito urbano’, un estudio reciente confirmó que efectivamente estar cerca de la naturaleza puede ayudar a tu cuerpo.
La investigadora del departamento de Biología de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá, junto a otros colegas, estudió los efectos de los sonidos naturales. Desde los sonidos de los pajaritos, a las corrientes del río y lo que generan en la mente humana y en cuando alguien sufre dolor. El equipo encontró que los sonidos naturales tienen efectos positivos para la mente y contra el dolor.
El estudio fue publicado en Proceeding of the National Academy of Sciences.
Buxton señaló en U.S. News que los sonidos de la naturaleza tienen un efecto positivo, provocando la sensación de tranquilidad. «Son buenos para aliviar el estrés y tienen una gran variedad de beneficios que vimos, desde aliviar el dolor y mejorar el ánimo y la habilidad cognitiva. Creo que es impresionante, no solo que los sonidos naturales den solo un beneficio, sino que una gama de ellos», expresó la investigadora.
Otros resultados de la investigación de estos sonidos
Sobre los tipos de sonidos que tienen mayor efecto en bajar el estrés y la molestia (que varios han sentido en pandemia), se descubrió que los de los pájaros son los más efectivos.
«Tenemos buena evidencia de que hay muchos beneficios al ser expuestos a la naturaleza», dijo George Wittemyer, co-autor del estudio. Y agregó que: «La evidencia es clara. Escuchar sonidos naturales reduce el estrés, la molestia y se correlaciona a beneficios positivos para la salud».
Esto suena a que todos deberíamos ir a correr hacia la naturaleza que nos puede brindar una salida a un parque. Pero los investigadores también hacen un llamado de atención.
Los sonidos de la naturaleza nos ayudan, y el equipo grabó sonidos en 221 lugares, a través de 68 parques nacionales de Canadá.
Y se descubrió que los sonidos biológicos (como los de los animales) eran audibles en 75% de los lugares. Por otro lado, se notó que los sonidos humanos, como bocinas, eran audibles en altos niveles en casi todos los parques. De estos, solo 11,3% de los parques tenían menos sonidos humanos. O sea, mientras más personas van a un parque, más sonidos humanos habrá y estos ahogarán los naturales.
Esto no significa no ir a los parques o a la naturaleza, pero sí da un llamado de atención. Con la idea de proteger estos ambientes donde los sonidos de la naturaleza son más audibles que los de los humanos.
«Aconsejo a la personas de tomar un momento para parar y escuchar. Experimentar los beneficios del sonido. Pienso que normalmente lo tomamos por dado (…) Deberíamos protegerlo, deberíamos proteger esos sonidos de la naturaleza, y asegurarnos que no los inundemos con nuestro ruido», concluyó Wittemyer.