Los edulcorantes artificiales sin calorías se han puesto de moda como sustitutos del azúcar ante la preocupación por sus consecuencias para la salud.
Sin embargo, un estudio reciente desarrollado por científicos estadounidenses de varias universidades ha demostrado que los edulcorantes también estarían relación con la diabetes y obesidad.
La investigación explora los cambios bioquímicos tras consumir azúcar y sustitutos del azúcar, como parte del examen más exhaustivo que se ha realizado hasta la fecha, según apuntan los autores del mismo.
En el estudio en cuestión se demostró que el acesulfamo de potasio, un compuesto presente en los edulcorantes, parece acumularse en la sangre con concentraciones que tienen un efecto dañino sobre las células que revisten los vasos sanguíneos.
«Observamos que la sustitución de estos azúcares por edulcorantes artificiales no calóricos provoca cambios negativos en el metabolismo de la grasa y la energía», señaló Brian Hoffman, investigador principal y docente del Colegio Médico de Wisconsin.
Todavía no se ha demostrado que la stevia, sacarina o aspartamo sean peor que el azúcar. Sin embargo, lo que deja claro el estudio es que, lejos de solucionar el problema, lo perpetúa.
La diabetes tipo 2 y la obesidad son dos enfermedades que se producen debido a un estilo de vida sedentario y a una mala alimentación. Por ello Hoffman asegura que la clave está en comedirse: «Observamos que, con moderación, el cuerpo dispone de la maquinaria necesaria para manejar el azúcar; es cuando el sistema está sobrecargado durante un largo periodo de tiempo que este sistema se descompone».