Reducir la semana laboral a menos días es una idea que muchas personas defienden pero una empresa de Nueva Zelanda quiso ir más allá y comprobar empíricamente los beneficios (o problemas) que este cambio traería.
Se trata de la compañía Perpetual Guardian, la cual durante marzo y abril modificó los días de trabajo de sus empleados, manteniendo intactos sus salarios. Así cada persona de la empresa trabajó durante cuatro días y tuvo tres de descanso.
¿Resultados?
Bajo esta nueva fórmula, el gerente de la empresa Andrews Barnes midió la productividad de sus trabajadores ¡y los resultados fueron muy buenos!
Si bien la productividad aumentó en baja medida, los niveles de estrés entre los empleados bajaron considerablemente.
«Los estudios han demostrado que cuantas más horas trabajan los empleados, más caen sus niveles de productividad y estamos pagando por la productividad», concluyó Barnes.
No obstante, este experimento también demostró que para algunos era más estresante este sistema debido a la presión por cumplir sus metas de trabajo en menos tiempo.
¿Qué te parece? ¿Crees que funcionaría este sistema en Chile?