Por estos días Ivette Vergara y Fernando Solabarrieta están pasando por un difícil momento. Y es que el pasado lunes debieron despedir a otro de sus hijos, quien partió rumbo a Estados Unidos gracias a una beca deportiva de voleibol.
Se trata de Maite, su hija del medio, quien estudiará en la Universidad de Nueva Orleans siguiendo los pasos de su hermano mayor, Nicolás. Él también estudió en ese país, pero becado por fútbol, en la Universidad de Albany.
Como era de esperar, sus padres se vieron muy emocionados por este logro de su hija y a través de sus redes sociales mostraron parte de la despedida, dedicándole emotivas palabras.
«¡Nuestro último abrazo en mucho tiempo! Así es la vida. Hoy partes a cumplir tu sueño y yo lleno de pena te despido, pero aquí estaré amándote con toda mi alma y deseándote éxito pero sobre todo Felicidad ¡Eres mi vida! ¡Te amo con todo mi corazón!», escribió Solabarrieta en Instagram, acompañando su publicación con una foto de ambos desde el aeropuerto.
La periodista no se quedó atrás y a través de la misma red social compartió los momentos previos a que su hija abordara el avión. “Hasta pronto hija mía, te amo», expresó Ivette. Además días antes, a modo de despedida, recreó con Maite una antigua postal tomada 16 años atrás, donde ambas posan vestidas iguales.
Ivette Vergara y Fernando Solabarrieta viven el síndrome del nido vacío
Si bien los comunicadores no dan más de orgullo con el nuevo logro de su hija, también reconocen que no es fácil despedirse de otro de sus retoños. Así lo expresó Solabarrieta en una entrevista a «La Cuarta«, donde reflexionó sobre cómo vive el síndrome del nido vacío.
“Es contradictorio, pues ves que los chicos están cumpliendo sus sueños, pero al mismo tiempo viene la pena”, confesó el periodista deportivo.
Actualmente Ivette y Fernando aún tienen a un hijo en casa, Iñaki, el menor de los tres. No obstante, el comunicador tiene muy claro que es probable que él también siga los pasos de sus hermanos.
“Ver cómo un segundo hijo se va becado, es increíble. Y es que es algo muy difícil, entonces claro que se me infla el pecho, y más encima seguramente habrá un tercero. Iñaki quiere lo mismo, y no tengo dudas que lo va a lograr. El va también por fútbol, es un pescado de 1,92 metro, y técnicamente, aunque venga de cerca la recomendación, es volante interior con buena marca, es un mixto”, detalló.
En ese sentido, Solabarrieta afirmó que entiende a sus hijos, pues él vivió algo muy similar al partir a temprana edad del hogar de sus padres. «Esto es un poco la historia de mi vida porque yo me fui muy chico de mi casa», concluyó.