Al parecer no todos los polos opuestos se atraen y esta regla no siempre aplica cuando de amor se trata. Según expertos cuando experimentas atracción física inmediatamente con otra persona, mientras más similitud tengamos, mayor será la atracción.
¿Por qué sucede esto?
De acuerdo a un estudio realizado en Alemania por la Universidad de Lübeck, nos sentimos atraídos por personas que son similares a nosotros en cuanto a rasgos físicos en contraposición a alguien que es nuestro opuesto. Intencionalmente queremos a alguien parecido a nosotros no sólo por cómo piensa o actúa sino porque asociamos su físico con cierto parecido a miembros de nuestra familia.
Cuando estamos buscando a una pareja a largo plazo, nos fijamos en aquellos que tienen ADN muy parecido al nuestro, y esto se llama apareamiento asertivo genético. Las parejas casadas, tienen un ADN mucho más similar que si eligieran aleatoriamente a dos extraños en la calle. Es como si pudiésemos olfatear la composición genética humana.
No nos enamoramos de esa manera de nuestros familiares sino que hay algo en tus rasgos o de algún miembro de tu familia que te resulta atractivo. ¡No te espantes! Pero quizás tu pareja podría parecerse a tu abuelo cuando joven.