Si leíste «Cincuenta sombras de Grey» y quedaste enamorada, o aún no te animas pero quieres incursionar en ese estilo literario, te mostraremos las mejores novelas eróticas para que despierten tus sentidos.
¡Escoge una y a volar la imaginación!
La Venus de las pieles (Leopold von Sacher-Masoch): En el siglo XIX, este relato erótico escandalizó a la gente y hoy lo sigue haciendo de la misma manera.
Yo te siento / Yo te miro / Yo te quiero (Irene Cao): En esta trilogía, el amor y el sexo se viven con los cinco sentidos.
El amante de lady Chatterley (D.H Lawrence): Una dama de alta sociedad, casada con un hombre paralítico, se encuentra con el guardabosques del lugar, dejando salir toda la pasión.
Mi Hombre: Seducción / Obsesión / Confesión (Jodi Ellen Malpas): Esta trilogía ha sido elogiada por el New York Times, y tiene a su autora, como la nueva reina de la novela erótica.
Inmaculada o los placeres de la inocencia (Juan García Ponce): Cuando nos liberamos de la culpa, podemos llegar a limites insospechados.
La máscara de Venus (Venus O’Hara): La sexblogger más conocida de España, liberada de cualquier tabú, comparte aquí sus memorias personales. Un viaje al deseo.
El erudito de las carcajadas (Jin Ping Mei): Se debe leer sin prejuicios. Te dejará sin palabras y romperá muchos mitos sobre la aparente “libertad sexual” que vivimos hoy.
El amante (Marguerite Duras): Relato en primera persona sobre la pasión que vivió la autora a los 15 años, con un rico comerciante chino de 26.
Mi tio Oswald (Roald Dahl): Un particular afrodisíaco creado con polvo de escarabajo sudanés provoca estragos en esta novela.
Diario de una ninfómana (Valérie Tasso): Una mujer francesa culta y de buena familia relata en primera persona su amplio y variopinto historial de amantes, que abarca desde ejecutivos hasta policías, operarios o ¡sepultureros!.
Cincuenta Sombras de Grey / Cincuenta sombras más oscuras / Cincuenta sombras liberadas (E.L. James): Tan amado y odiado, como el protagonista de este libro, es esta trilogía. Pero sin duda, fue el puntapié inicial para dejar de lado los pudores y empezar a disfrutar.