Vives a dieta, te matas comiendo «sano», pero ¿sigues sin bajar de peso?. Simplemente, algo estás haciendo mal.
¿Te sientes identificada con alguna de estas razones?
SI DICE «LIGHT» O «SIN AZÚCAR», SE CONVIERTE EN TU MEJOR AMIGO
Muchas veces pensamos que por decir esas frases en el envase, automáticamente podemos comer sin restricción, pero no es así. Lamentablemente estos alimentos sí son reducidos en calorías, pero siguen teniendo grasas.
La clave es la moderación.
FALTA DE VITAMINA D
Para que la dosis necesaria de esta vitamina este completamente cubierta, se deben consumir lácteos. Las personas que están bajo el rango normal, tienen tendencia a engordar.
NO DORMIR LO SUFICIENTE
No descansar y dormir las horas necesarias, influyen directamente en tu peso. Lo normal es que el horario de descanso, alcance las 8 horas diarias. Las personas que duermen menos de 5 , producen mayores niveles de grelina y desciende la leptina.
¿Que significa esto? Que aumenta el apetito por alimentos hipercalóricos, como los carbohidratos, para tratar de sustituir la energía que el cuerpo no recuperó al momento de dormir.
BEBER ALCOHOL
Hay que reconocer que a todos nos gusta beber y compartir un trago con los amigos. El problema, es que es muy negativo para perder peso. El organismo, cada vez que consumes alcohol debe procesar todas las toxinas, dejando de lado, metabolizar los alimentos.
¿La solución a esto? Bajar la cantidad y en lo posible, dejar de consumirlo.