Si hablamos de Renée Zellweger seguramente lo primero que se te vendrá a la cabeza es su reconocido personaje como Bridget Jones, que próximamente la llevará a los cines de todo el mundo (revisa los detalles acá).
Sin embargo, no sólo es una popular actriz a nivel mundial, sino que también tiene algo que decir. Por esta razón, Renée es nuestra #MujerDeLaSemana.
Hace unas semanas, la actriz estadounidense recibió una ola de críticas por parte de la prensa debido a los cambios que ha tenido su apariencia en los últimos años. Pero esta vez se cansó y salió a dar una opinión al respecto.
En una entrevista con The Hollywood Reporter, Zellweger fue enfática: «¿Por qué siempre hablamos de cómo lucen las mujeres? ¿Por qué valoramos la belleza por sobre la contribución? No lo hacemos cuando se trata de un hombre, en ese caso directamente no hay una conversación».
A su vez, afirmó que hoy en día intenta hacer caso omiso a los comentarios negativos que recibe en redes sociales: «Trato de evitar que la negatividad ingrese a mi consciencia. Si no estoy pendiente de ella, entonces no es real, no existe».
Además, a principios de agosto publicó un post en la edición estadounidense del Huffington Post titulado «Lo podemos hacer mejor», donde se refirió a las críticas sobre su físico y las supuestas operaciones a las que se habría sometido. «No es un secreto que históricamente el valor de una mujer se ha medido por su apariencia. Aunque hemos evolucionado hasta admitir la importancia de la participación femenina en el éxito de la sociedad, y damos por supuesto que las mujeres también marcan los estándares y todos los puestos de alto nivel e influencia, el doble rasero a la hora de valorar nuestra contribución permanece, y se perpetúa por la conversación negativa que introducimos en nuestro día a día como entretenimiento fácil», escribió en su carta.
Aplaudimos la madurez de Renée para decir lo que piensa y demostrar que lo importante no es la apariencia física, sino lo que somos por dentro. Y nos quedamos con otra de sus frases: «Nunca he visto la maduración de la mujer como algo negativo».