Nuestra #MujerDeLaSemana se caracteriza por ser la número uno, pues esa ha sido una constante en la vida de Hillary Clinton. Si bien no ganó la reciente elección presidencial de uno de los países más poderosos del mundo como es Estados Unidos, sí fue la primera mujer en postular a la Presidencia de esa nación. Además de convertirse en la primera mujer senadora por Nueva York y la primera Primera Dama que intentó llegar a la Casa Blanca.
Ser la primera fue una enseñanza de su madre Dorothy, quien fue abandonada a los 8 años y a los 14 ya trabajaba como empleada doméstica. Fue ella quien quiso más para Hillary y su familia, quienes vivían su pequeño sueño americano en Chicago, gracias al pequeño emprendimiento de su padre nacido obrero: tener una mejor vida.
Hillary inició sus estudios universitarios en el Wellesley College, uno de los más difíciles de Estados Unidos. Al respecto, ha relatado en entrevistas: «Llamé a mi casa y les dije: no puedo hacerlo, es demasiado difícil. Todos son más inteligentes que yo. Entonces fue mi padre, que igual nunca quiso que me fuera lejos, que me dijo: Ven a casa, puedes trabajar, ir a una universidad cerca».
Sin embargo, uno de los mejores consejos de su vida fue el de su madre, quien nunca fue a la universidad. «No te atrevas. No quiero escuchar esto. Te estás escapando de algo, porque no crees estar tan preparada como deberías. Prepárate, quédate y da lo mejor de ti», ha contado contado Hillary.
Siguiendo ese consejo, Hillary posteriormente estudió Derecho en la Universidad de Yale, donde cambió su vida al conocer al que hoy es su esposo, el ex Presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, con quien se casó en 1975.
De su amor, cinco años más tarde nació su única hija, Chelsea, quien ha confesado reiteradamente que ama y admira a su madre. Además su hija le ha dado dos nietos, siendo éstos sus mayores amores.
Como Primera Dama, fue criticada por su alto empoderamiento y alto protagonismo alcanzado en el cargo. Pese a sus éxitos profesionales, su vida junto a Bill no ha estado exenta de escándalos.
El más recordado fue con la mediática becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky, quien se vio involucrada con su esposo cometiendo infidelidad, por allá a fines de los noventas.
Su primera aspiración presidencial estuvo truncada en 2008 al perder la carrera por la nominación ante Barack Obama.
Pese a ello, su tenacidad la llevó a repostularse en 2015 y haber peleado hasta esta semana por liderar la carrera por presidir una de las potencias del mundo. Sin embargo, el martes perdió ante Donald Trump y tras su derrota reconoció que «esto es algo doloroso, y lo será por largo tiempo, pero recuerden, nuestra campaña no se trataba de una persona, sino del país que amamos, de construir un país con esperanza, inclusivo (…) nuestro país está más dividido de lo que pensábamos, pero yo aún creo en Estados Unidos y seguiré creyendo».
«Esta pérdida duele, pero no dejen de creer, porque luchar por lo que es bueno realmente vale la pena. Necesitamos que sigan luchando, ahora y el resto de sus vidas y a todas las mujeres que pusieron su fe en esta campaña y mi persona, quiero que sepan que nada me ha dado mayor orgullo que ser su paladín», concluyó.