Nigel pasó su muchos años rodeado de una colonia de falsos pájaros de cemento, que los defensores del medioambiente habían instalado en el lugar para atraer a la fauna avícola.
Incluso creía tener pareja, de hecho se le vio acariciándoloo, anidando e incluso intentando copular con el falso alcatraz.
«Nigel eligió vivir en Mana y sabemos que era feliz allí porque podría haberse ido en cualquier momento y no lo hizo», contó Chris Bell, miembro de los servicios medioambientales. «Era un comportamiento raro para un alcatraz».
«Los alcatraces son unos pájaros especialmente sociables y se basan en eso para decidir dónde vivir. Los señuelos son una forma de decirle a quienes pasan por aquí que este lugar es seguro, que no hay predadores, que se puede vivir bien», explicó Bell.