Semanas atrás se celebró la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una actividad que la Organización Mundial de la Salud ha fomentado por sus beneficios. Al menos durante los seis primeros meses, es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita.
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En este contexto, siempre surgen interrogantes y confusiones frente a lo que se debe consumir o lo que está prohibido y siempre hay frases que se repiten.
Mitos y verdades
- La madre traspasa gases al lactante cuando consume alimentos flatulentos: Los gases que pueden producirse en el aparato digestivo de la madre jamás se incluyen en la leche y, por tanto, no llegan al aparato digestivo del lactante, así que esto es totalmente un mito.
- La malta con huevo aumenta el volumen de la leche: Esto es totalmente un mito, la malta original no tiene alcohol y este producto aporta vitaminas del complejo B, lo que sumado al aporte del huevo es un importante promotor de la leche.
- El sabor de los alimentos afecta el sabor de la leche: Algunos compuestos químicos pueden formar parte de la leche materna, pero el impacto sobre su sabor es muy sutil y no influye en la ingesta del lactante. Esta etapa debería asumirse como la educación alimentaria del bebé, donde aprende a aceptar la variedad.
- La madre que se mantiene con sobrepeso produce leche de mejor calidad: Jamás va a mejorar la leche con un exceso de acumulación adiposa de la madre. De hecho todo lo contrario, en el caso que la madre mantenga depósito a base de ácidos grasos de mala calidad, este estará vinculado al consumo de grasas de origen animal y podría producir leche de peor calidad.
- Hacer dieta durante la lactancia perjudica la producción de leche: Llevar a cabo un régimen hipocalórico durante la lactancia podría ser perjudicial y afectar la producción de leche materna, ya que esta genera aumento en el gasto energético. Así que esto es cierto, la madre debe llevar una dieta saludable pero controlada por un médico
- La mujer que amamanta debe consumir alta cantidad de agua: Esto es cierto, ya que la producción de leche requiere de una ingesta más abundante que el de una persona normal. Por lo que una mujer durante le periodo de lactacia debería consumir 800 cc diarios en periodo de lactancia materna exclusiva, y 600 cc cuando el lactante inicia alimentación complementaria.
