Fueron sólo 13 los minutos agónicos de espera para todos los fans que la esperaban eufóricos. De repente, se apagaron las luces de la pista atlética del Estadio Nacional y comenzaron a sonar las primeras notas de «Roar«, el primer hit que Perry cantó para dar una explosión gigante al comienzo del show.
La puesta en escena fue de otro nivel: un cuerpo de baile que la acompañó permanentemente y juegos de luces, que se robaron la atención de todos sobre el escenario. Cambios de vestuario, baile (mucho) y un C-H-I con un fan desencadenaron un concierto increíble. Aquí, las mejores imágenes ¡Disfrútalas!