Esta tarde de martes, el Papa Francisco visitó el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín donde fue recibido por reclusas y sus hijos. La visita estuvo marcado por las palabras de la capellana Nelly León y la reclusa Jeannette Zurita, condenada a 15 años de prisión por tráfico de drogas.
Con un emotivo recibimiento por parte de las más de 600 internas, el Papa Francisco llegó hasta el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, donde incluso se tomó el tiempo para jugar con los hijos de algunas de las reclusas.
La actividad se inició con el discurso de la hermana Nelly León, capellana de lugar, y quien señaló, «Acá, con estas mujeres, están representadas las casi 50 mil personas pobres y vulnerables que están privadas de libertad. Digo pobres porque lamentablemente en Chile se encarcela la pobreza».
Tras las palabras de Nelly León, fue el turno de Jeannette Zurita, condenada a 15 años de prisión por tráfico de drogas, quien tuvo una emotiva petición para el papa: «Padre, una petición muy sentida, en representación de todas las privadas de libertad de Chile: interceda para que el sistema de justicia modifique las condenas para las mujeres que somos madres de menores de edad».
Por su parte, el mensaje del pontífice estuvo marcado por el perdón: «Estar privadas de la libertad, no es sinónimo de pérdida de sueños y de esperanza. No quiere decir dejar de soñar. Ser privado de libertad no es lo mismo que estar privado de la dignidad, la dignidad no se toca a nadie, se cuida, se custodia, se acaricia. Nadie puede ser privado de la dignidad”, dijo.
Revisa acá el momento