En el capítulo de este miércoles en «Rojo, el color del talento», se presentó una nota de docurrealidad, donde las bailarinas y coches, Yamna Lobos y Maura Rivera, pasaron 24 horas en la cárcel de mujeres de Santiago.
Las bailarinas llegaron al Centro Penitenciario Femenino en San Joaquín, donde experimentaron el mismo proceso de las mujeres privadas en libertad: se desprendieron de sus celulares, pasaron por detector de metales, ingresaron sus datos y quedaron con fichas penitenciarias hasta pasar por control de allanamiento.
Luego de que se le asignara una pieza, Lobos y Rivera hicieron sus camas, lo que no fue fácil para la primera, que fue multada por la gendarme de turno. Después tuvieron que bañarse con agua fría en poco tiempo, algo a lo que no están acostumbradas.
Tras alistarse, ambas fueron a la sección laboral, donde les correspondieron tareas como limpiar los baños, trabajar en la panadería de la cárcel y luego servir los alimentos en la cocina a sus compañeras, con quienes compartieron historias para expresarles que el origen y la pobreza no determinan el futuro.
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Ahí, Lobos le comentaba a la internas que “se me dieron oportunidades de portarme mal y no lo hice. Siempre hay maneras de salir adelante”. Mientras, Maura agregó: “yo tampoco nací en cuna de oro. Trabajé desde los 13 años”.
También compartieron con reclusas que son madres y que tienen a sus pequeños en el jardín infantil del lugar. Ahí se les contó a Maura y Yamna que ellas deben dejar ir a sus hijos cuando cumplen dos años, lo que las conmovió en gran manera.