La princesa Charlotte es la segunda hija de los duques de Cambridge Kate Middleton y el príncipe William. La pequeña es la cuarta heredera al trono tras su hermano el príncipe George y su padre.
De hecho la pequeña antes de nacer ya hizo historia en la monarquía británica. Esto porque la princesa Charlotte se convirtió en la primera de la familia real británica en no perder su lugar en la línea al trono por su género.
Vale decir que esto ocurrió por un cambio que la reina Isabel II hizo un cambio a la ley de Sucesión de la Corona en el año 2013, antes incluso de que naciera su hermano mayor el príncipe George.
Antes de este cambio las princesas solo por el hecho de ser mujeres, perdían su lugar en la sucesión al trono si nacía un hombre, ya que ellos tenían prioridad para heredar ser rey de Gran Bretaña.
La princesa Charlotte como fenómeno económico
Más allá de los títulos que pueda tener la princesa Charlotte, la pequeña se convirtió en todo un fenómeno para la economía inglesa. Al punto que hoy en día se considera más «valiosa» que sus hermanos George y Louis.
De hecho la revista económica Brand Finance dio a conocer que cuatro meses después que naciera la princesa, la economía británica ganó 150 millones de dólares solo por ella.
En el año 2018 el patrimonio neto de la princesa Charlotte era de $4,3 mil millones de dólares. Y en la actualidad estaría bordeando los 5 mil millones de dólares.
En contraposición, el príncipe George tiene un patrimonio neto que va entre los $3,2 mil millones a $ 3,6 mil millones. En el caso de Louis, las cifras no está claras aun.
Efecto Princesa Charlotte
Todas estas ganancias que tiene la pequeña se debe al «efecto princesa Charlotte», también conocido como «efecto Charlotte».
¿De qué trata esto? Simple. Antes de su nacimiento, las personas apostaban por el nombre que tendría o si sería niño o niña. Además, a esto se le suma todo el merchandising que se vendió con su rostro cuando nació.
Asimismo, la princesa Charlotte se convirtió en un ícono de moda, como antaño lo hizo su abuela Lady Di. Al punto que cuando a ella se le un conjunto de prendas, estas se agotan el mismo día en las tiendas.
Este fenómeno partió con su madre Kate Middleton, quien lo inició, cuando utilizó un abrigo rojo de la marca Zara que costaba un poco más de 50 mil pesos chilenos y que se podía comprar online.
Ese mismo día en cuestión de minutos, la tienda quebró el stock de la prenda.
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