Según una investigación de la Universidad de Duke, de Estados Unidos, el sexo podría inspirar la espiritualidad e incluso las creencias religiosas.
El estudio afirmó que el sexo libera una hormona del amor, la cual ayuda al contacto de la pareja, en especial en el caso de los hombres. Esta sería la oxitocina, la cual también las mujeres secretan durante el parto.
Para llegar a estas conclusiones, estudiaron a un grupo de hombres frente a esta hormona, y al parecer, esta provocó más emociones positivas, como asombro, gratitud, esperanza, inspiración, amor y serenidad. Y, producto de esto, indicaron un mayor sentido de la espiritualidad poco después de estar en contacto con la oxitocina.