Por estos días Mariana Di Girolamo brilla por su actuación en «Ema», la última película de Pablo Larraín. El filme fue presentado el fin de semana en el Festival de Venecia, llenándose de elogios.
Antes de eso, la actriz era conocida principalmente por sus roles en las teleseries chilenas. Mariana debutó en «Pitucas sin lucas» (2014) y desde entonces se ha transformado en una de las actrices más cotizadas del país.
No obstante, su ingreso a la televisión no fue fácil y uno de los temas que más le afectaron fueron las presiones para adelgazar. Así lo reveló la actriz en entrevista con «Galio», revista digital para la cual también protagonizó una osada sesión de fotos.
«Tengo cero problemas con la desnudez, pero me da pena admitir que el cuerpo con el que entré a la televisión no me haría feliz en la actualidad. De hecho, una de las razones por las que bajé de peso fue que, mientras grababa «Pobre Gallo»(2016), gente de la misma producción me dijo que estaba con sobrepeso», partió confesando.
Mariana explicó que esto la llevó finalmente a obsesionarse con su imagen. «Fue súper dramático para mí, que siempre me he caracterizado por tener una contextura delgada. Me obsesioné un poco con el tema y probé mil dietas, sin que ninguna funcionara», agregó.
Además señaló que «fue solo hasta que, por la iniciativa personal de sentirme más sana y ligera y sin tomar ya en cuenta lo que me decían, empecé a comer más ordenado y hacer ejercicio. Esto dio por resultado que mi cuerpo se volviera más estilizado, algo que a la gente en la calle parece gustarle y, por consecuencia, a mí».
Aún así, la actriz reconoce esto como algo problemático. «Uno no debería sentirse bien porque te dicen que estas más delgada. Pero es algo que me implantaron en la cabeza desde pequeña, como a todas las mujeres creo; que mientras más invisible es tu cuerpo, mejor», concluyó.