Este martes se vivió un momento muy emotivo en «Muy Buenos Días» luego de que el panel comenzará a hablar sobre cómo fueron sus propuestas de matrimonio. En ese contexto, Marcela Vacarezza fue quien más conmovió con su relato.
Y es que el tema de conversación, en el caso de la panelista, rápidamente derivó a la actual relación a distancia que tiene con su marido, Rafael Araneda. El conductor emprendió este año un desafío laboral en Miami, Estados Unidos y aunque ambos viajan constantemente para verse, el tiempo se hace poco.
«Siempre vale la pena. Cómo el decía: el cariño, la piel siempre vale la pena. Faltó tiempo (…) quería hacer tantas cosas, pero vale la pena», comentó Marcela sobre la última visita a Chile de su esposo.
En cuanto al desafío de Araneda en Univisión, la psicóloga afirmó que admiraba su valentía.»Lo encuentro súper valiente, está empezando de cero y dejó todo por un proyecto nuevo. Admiro su forma de enfrentar la vida, de decir ‘echémosle para delante’. Eso lo encuentro valioso», agregó.
Además Vacarezza sorprendió a sus compañeros con una confesión: nunca celebraron el gran paso profesional del conductor. «Tenia su parte difícil, el temor era, aunque suene raro, quedarme con el buque. Rafael es muy presente, era eso, pero hay que echarle no mas», explicó.
Lo más complejo del amor a distancia de Marcela y Rafael
Finalmente Marcela no pudo evitar las lágrimas al hablar de las dificultades que han enfrentado en este proceso. Por ejemplo, el animador no podrá estar presente en la graduación de su hija Martina.»Quizá hay gente que le da lo mismo, pero es importante y gracias a Dios ella lo entiende», señaló.
“Lo más complicado es que sientes que no tienes seguridad de lo que va a pasar, es como estar sin la estabilidad de saber qué va a pasar mañana (…) a mí me preguntan ‘¿te gustaría irte?’, pero no se puede por cosas objetivas, mi hija da la PSU, por ejemplo, es todo muy incierto. Si nos vamos tendría separarse la familia y esa no es mi intención. Es todo súper raro», aseguró.
La panelista concluyó diciendo que ya pasó «la parte de decir ‘me quedé con el buque sola’. Me ha servido para no darle tanta importancia a cosas que no la tienen. Ahora no me desgasto por leseras».
Tras terminar su relato, sus compañeros en el matinal no tardaron en darle un gran abrazo de equipo y corear: «Ooooh, la Marce no se va».
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