Si el objetivo es lucir un rostro fresco y radiante, el maquillaje natural será tu mejor opción, a la vez que destacará tus facciones y, de paso, te quitará años de encima.
Un estilo que conseguirás de dos formas: Escogiendo entre tonos nude o tonos bronceados. ¡Descubre cuál va con tu estilo!
Tonos nude
El nude o color piel es uno de los más demandados hoy en día, pues consigue el famoso efecto make up ‘no make up’. Puedes usar colores nude en ojos y/o labios, siempre procurando no lucir totalmente deslavada.
Para los ojos son ideales las sombras en colores nude irisados. Por ejemplo, comienza aplicando una sombra beige, después utiliza un tono marrón irisado en el centro de tu párpado y luego marca tus extremos con un tono bronce. ¿Un truco? Utiliza el tono dorado o un blanco hielo para dar luz en el lagrimal y en la parte baja de las cejas para iluminar tu mirada.
Para los labios, en tanto, opta por un tono más rosado si tu piel es clara o decántate por un color más cercano al beige, si tu piel es morena. Eso sí, no te olvides de delinear previamente tus labios con un color que se asemeje al elegido y, para rematar, aplica un gloss transparente para dar volumen.
Por último, completa tu maquillaje con máscara de pestañas, arriba y abajo, y aplica un toque de rubor rosa para tus mejillas. Así lograrás un acabado de maquillaje natural con el que lucirás saludable, fresca e iluminada.
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Tono bronceado
Si bien se consigue con algunos trucos, la idea del tono bronceado es que parezca lo más natural posible. Se trata de un estilo que favorece las pieles perladas o morenas, ya que además de resaltar el color, lo destaca levemente con los cálidos tonos del bronce.
¿La clave? Encontrar los productos y tonos adecuados para exhibir un rostro bronceado con un acabado natural.
Comienza aplicando una base de maquillaje de uno o dos tonos más oscuro que tu color de piel, aplica corrector y, una vez conseguida una base uniforme, aplica el producto estrella de este look: los polvos bronceadores.
La técnica está en no esparcirlos como si fueran una capa más del maquillaje, sino dando matices, para luego aplicar un iluminador con destellos dorados encima del pómulo, en el tabique nasal, sobre el labio superior y en la barbilla.
Para las sombras de ojos, se recomiendan los tonos tierra, ocres y dorados, que le darán un toque de calidez a la mirada; mientras que el colorete debes elegirlo en durazno con destellos dorados.
Por último, escoge colores nude, rosas o anaranjados para los labios y culmina con un toque de brillo que le sumará frescura al maquillaje.