Característico de los looks de los 80, el maquillaje en colores metálicos volvió con todo y muestra una nueva impronta.La diferencia con décadas pasadas es que las texturas se actualizaron, diversificando la intensidad del brillo y alcanzando dos extremos: el acabado sutil y el brillo intenso.
La primera opción incluye labiales y sombras tenues en tonos naturales, mientras que la versión estridente apuesta por maquillaje en la gama del oro y plateado, pasando por rojos, azules, verdes, violetas e incluso negro.
Sea cual sea la alternativa elegida, para lucirlas con acierto hay que tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
Los “sí”
-Crear un punto de atracción: La clave es crear un equilibrio y combinar los tonos metálicos con tonos neutros. Por ejemplo, una sombra dorada irá bien con un labial nude. La idea es no caer en un efecto demasiado recargado.
-Reservarlos para la noche: Un toque de brillo le subirá la apuesta a tu look. Por eso, estas texturas son aliadas imbatibles en los maquillajes para fiestas o eventos en la noche.
-Empezar de a poco: Es recomendable agregar el producto paulatinamente hasta lograr el efecto deseado. Muchas veces, unas ligeras pinceladas serán suficientes y otras, hará falta hacer algunas pasadas.
Los “no”
-Utilizarlos para disimular imperfecciones: Mientras más lejos se encuentre el tono metálico, menor será la atención sobre ese punto. Esto conviene tener en cuenta cuando se busque minimizar un rasgo determinado.
-Colocarlos en labios sin delineado: Las bocas metalizadas son protagonistas de la temporada. Sin embargo, es obligatoria su definición de los labios con un delineador del mismo tono del labial. De lo contrario, quedarán deslucidos y desprolijos.
-Elegirlos para pieles con textura irregular: Cuando hay pliegues en los párpados, líneas de expresión en el contorno de ojos o en la comisura de los labios, lo mejor es evitar las sombras, delineadores o labiales metálicos.