En ocasiones la llegada de un segundo hijo en la familia puede generar un verdadero caos en el hogar puesto que, en la mayoría de las ocasiones, termina provocando celos del que se convertirá en el hermano mayor. Así lo explicó la asesora familiar Tania García al portal El Mundo.
«Adaptándose a su edad, no es lo mismo tener un hermano con 2 añitos que con 10, aunque ambos necesitarán esta preparación y un acompañamiento emocional del proceso, y haciéndoles partícipes de todo el proceso, resolviendo sus dudas y explicándoles las necesidades y cuidados que va a tener el bebé, sin esperar que el niño asuma más responsabilidad de la que debe«, señaló García.
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La experta advierte que no se debe catalogar los celos como algo negativo, sino como el proceso natural que realiza el cerebro para prepararse a la llegada del hermano y el tener que compartir a los padres.
Así entrega algunas pautas para hacer frente a esta situación:
Entender los celos como un proceso normal
Empatizar con los hijos (y con cualquier persona en general) es la clave de todo. Cuando hacemos un esfuerzo real por entenderlos a ellos y a sus emociones, sin imponer nuestra autoridad adulta, todo es mucho más sencillo, todo se vuelve natural y comprensible.
Deberás frenar el comportamiento agresivo sí, siempre, pero desde la serenidad, la reflexión y el sentido común.
Trabajar las emociones adultas
Todos somos seres emocionales, las emociones nos guían a cada paso que damos, pero solo las personas adultas podemos dominarlas, entenderlas y mantenerlas a raya cuando sea necesario para no hacernos daño ni a nosotros mismos, ni a los demás.
Aunque la ira surja, respira, reflexiona y date cuenta que lo único que tienes delante es un niño, tu hijo, que como tal, está pasando por su primera gran metamorfosis: ser hermano.
Pasar tiempo individual con el primer hijo
Para calmar estas emociones de tu hijo y acompañar este proceso, es muy importante, como hemos visto hasta ahora, la empatía, el respeto y la coherencia. Pero también, para equilibrar esta ausencia de atenciones constantes, es necesario pasar tiempo a solas con él diariamente.
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Es probable que en un principio tengas poco tiempo, pero, aunque sean 5 minutos al día, aprovéchalos para estar con el que te convirtió en madre. Charla, comparte, abrázalo, amalo; siempre sin juicios, sin comparaciones y lo más importante, sin hablar de lo que esté pasando con su hermano.
Superar juntos los momentos difíciles
Cuando nuestros hijos son un poco más mayores, puede que estos celos surjan a modo de peleas y conflictos intensos entre ellos. Lo más importante es no catalogar a uno como malo y a otro como bueno, ofreciendo apoyo tanto a uno como a otro, aportando soluciones sin obligar a hacer lo que a tu criterio adulto se debería, entendiendo los motivos de todos y dando la misma importancia a la situación tanto de uno como de otro.
Hay que alejarse de las etiquetas y del pensar que cuanta más severidad, más comprensión por parte de nuestros hijos. Es precisamente lo contrario: cuanta más comprensión, menos severidad.