Un caso extremo de ludopatía, cruzado por otros desórdenes mentales, es el de Osvaldo Campos. El veterinario que el fin de semana en que Chile disputaba la final de la Copa Confederaciones mató a dos trabajadores del Casino Monticello y dejaba a otros cuatro heridos, además se parapetó en uno de los baños del lugar en donde se suicidó con una inyección de veneno.
Los trabajadores del casino ya habían denunciando antecedentes de conductas violentas de otros clientes previamente. «Esta es una realidad que no se aleja de lo que sucede en otros casinos a nivel nacional. Pasa en Iquique y en Punta Arenas también. La parte de la seguridad es una problemática de la industria a nivel país. Hoy tenemos miedo de trabajar en las salas de juego y mucha preocupación», indicó Víctor Guinao, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Casinos de Juego.
Cabe destacar que el Gobierno firmó un decreto para que los casinos incrementen sus niveles de seguridad.
Revisa esta nota en extenso en el último número de «Cosas».