Por eso, si bien no hay un patrón único, aquí te ayudamos a dilucidar el dilema con los pro y los contra de ejercitar en la mañana, tarde y noche.
Entrenar en la mañana
- Pros: Es la hora ideal para aumentar tu masa muscular, gracias a los niveles hormonales de testosterona y cortisol que se han elevado durante la noche. Además, es una buena forma de empezar el día con energía, sumado a que las personas que entrenan por la mañana son más propensas a mantener el hábito.
- Contras: Tus músculos están fríos y tu temperatura corporal es baja, ya que el cuerpo ha estado inactivo durante muchas horas (las de sueño). Por eso la probabilidad de lesionarse es mayor. Asimismo, tienes poca flexibilidad, por lo que arrancar tu entrenamiento te costará un poco más de esfuerzo.
Entrenar al mediodía
- Pros: La energía del cuerpo está en su mejor momento, así que el tiempo de reacción será más rápido. También es cuando tienes más fuerza muscular y el cardio es más eficiente. Es por ello que puedes presionar más a tu cuerpo y obtener mejores resultados.
- Contras: Si trabajas durante todo el día, es difícil encontrar este momento. De hecho, puede que tengas que acortar tus entrenamientos, porque no te alcance el tiempo suficiente para ducharte, cambiarte y comer. Ojo, no es recomendable ejercitarse con el estomago vacío.
Entrenar en la noche
- Pros: Es el instante ideal para liberar todo el estrés acumulado, así como para hacer fuerza, flexibilidad, velocidad y potencia. Además, si tu objetivo es adelgazar, este es el mejor momento, ya que a esta hora el metabolismo comienza a descender y si vuelves a impulsarlo con el deporte, quemarás calorías y grasa acumulada.
- Contras: Hacer ejercicio, sobre todo de alta intensidad, a partir de las 9 de la noche puede influir negativamente al ritmo del sueño y retrasar la necesidad de dormir. Consecuentemente, el siguiente día te sentirás más cansada y tu rendimiento será menor.