Y en esta época es típico que nuestras rutinas y hábitos cambien, ya que nuestros hijos tienen más tiempo libre y nosotros nos ponemos más permisivos. Por lo que es normal que nuestros hijos suban o bajen de peso.
Por un lado, tenemos las comidas a deshoras y si a eso le sumamos un helado por aquí, una hamburguesa por allá, más bebidas, comemos afuera con más frecuencia y un largo etcétera, por supuesto que eso hace que aumente el consumo de calorías y si le agregamos que a veces los niños pasan mucho rato sentados viendo tele o frente al computador o sin hacer la misma actividad física del resto del año, los kilitos extras comienzan a notarse.
Por lo que los expertos recomiendan mantener algunos horarios de las comidas y animar a nuestros hijos a hacer actividades al aire libre, como ir al jugar al parque, llevarlos a alguna piscina o simplemente ir jugar en el patio de la casa.