El amor es el principal culpable de la aceleración del corazón, es la química la que explica cada sensación y emoción. Es por eso, que cuando estas emociones cambian, el corazón lo percibe y así lo demostró una vez más la tecnología.
Koby Soto, un estudiante de derecho en Israel, terminó su relación y tomó la decisión de monitorear su frecuencia cardíaca, a través de una aplicación llamada “Reloj Fitbit” ¿El resultado? Su corazón se aceleró casi el doble. Todo lo hizo mientras su novio le daba por teléfono la mala noticia, fue justo ahí cuando sus pulsaciones aumentaron y alcanzaron los 118 latidos por minuto, una cifra cardíaca alta.
La explicación a esto, es que el corazón se acelera por una descarga de adrenalina muy parecida a la que se genera por sufrir la pena de un fallecimiento de un ser querido o por un susto repentino. De hecho, un estudio de Harvard, señala que “cada vez que nuestro cuerpo pasa por una situación de estrés se libera una gran cantidad de hormonas, entre ellas la adrenalina, lo que provoca que el corazón y la respiración se aceleren al mismo tiempo generando un aumento de la presión”.
La conclusión es que cuando sufrimos, el corazón también lo hace.