Aunque algunas personas creen que tener perros podría perjudicar el embarazo y/o afectar la salud del bebé al nacer, la ciencia ha comprobado todo lo contrario.
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Alberta, Canadá, reveló que los recién nacidos que llegaron a un hogar con mascotas, de los cuales en el 70% eran perros, mostraron mejores niveles de dos cepas de bacterias intestinales, que están relacionadas con la disminución de los riesgos de obesidad y las alergias.
Pero eso no es todo, ya que una investigación de la Universidad de Kuopio, Finlandia, concluyó que los niños que crecen con perros son 30% menos propensos a tener afecciones respiratorias y un 50% menos en las infecciones de oídos. Esto, al menos en los primeros 12 meses de vida.